martes, 22 de noviembre de 2016

No saber irse sin antes haberlo dado todo.

En la vida no siempre nos gustan las cartas que nos tocan, a veces  no sabemos las estrategias para ganar con esas cartas, son inferiores o superiores…. Pero para ganar siempre tenemos que apostarlas todas, hasta el final, hasta quedarnos en blanca, sin cartas, sin dudas de que pasaría si hubiera apostada esa carta.
No tenemos edad de quedarnos con las ganas, ni con dudas de que pasaría si hubiera hecho tal cosa, tenemos edad de haberlo dado todo y perdiendo o ganando, simplemente el jugar las cartas ya es ganar, porque todas las cartas sumen o resten, cuenta, porque la vida nos sigue poniendo más cartas y todas ellas, son partidas que tenemos que aprender a jugar.
A todos nos  gusta ganar, pero no hay mayor satisfacción en la vida que el sentimiento de paz y tranquilidad que tenemos al saber que todo absolutamente todo lo que estaba en nuestras cartas, todo… fue jugado con la mejor estrategia para ganar, porque la suerte de nuestras cartas van y vienen, no las elegimos. Sin embargo, la estrategia, se consigue jugando, apostando, y siendo valiente con malas cartas, cualquiera puede ganar con unas buenas cartas, pero con unas malas no es tan fácil, aunque no imposible si sabes jugar bien. Y la mejor estrategia para ganar es haciéndolo, jugar, jugar y apostar, porque quizás las cartas del de en frente sean buenas pero lo mismo no es capaz de ejecutarlas. La suerte son para los cobardes, los valientes son los que juegan con cualquier carta, apostándolas todas hasta el final.
A veces en la vida dudamos en si apostar o no, sabemos que podemos perder, que jugamos con malas cartas, pero el apostar con ellas y quedarnos limpios, vacíos, es de la única forma que podemos llenarnos otra vez, porque solo puede llenarse quien es capaz de vaciar su alma. Una taza solo sirve cuando esta vacía, hasta que no la hayamos vaciado su contenido, no podremos llenarla otra vez y lo que nos hace ganar en la vida es vaciarla y volver a llenarla de un contenido nuevo.
Me encanta la gente que apuesta, que se queda vacía de cartas,  su regalo en la vida es poder volver  a llenarse otra vez.  Pueden llenarse porque saben que están vacíos y ese vacío solo se consigue habiendo dándolo todo, silenciando todo, porque sabes que no hay más y ese silencio mental, es el mejor regalo que podemos tener.



Posdata: dedicado a mi Buddy One, una persona valiente, que siempre apuesta sus cartas hasta el final,  porque no sabe irse sin antes haberlo dado todo. 

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